

Segunda Minga Compostera: Comunidad y Sustentabilidad en Acción en Porvenir
Un esfuerzo colectivo por la tierra y la comunidad
En la Isla de Tierra del Fuego, donde el acceso a fertilizantes naturales es limitado, la comunidad ha encontrado una solución sustentable y solidaria: la elaboración colaborativa de compost. Esta práctica se ha transformado en una instancia no solo técnica, sino también social, que fortalece la unión entre agricultores y promueve la producción agroecológica.
Felipe Sánchez, encargado, coordinador y jefe técnico del programa PRODESAL, lideró esta segunda versión de la minga compostera, una jornada dedicada a la preparación y elaboración de compost de manera comunitaria. Esta actividad se convierte en una alternativa concreta frente a la escasez de insumos naturales para el cultivo en la isla.
“Lo que vivimos hoy fue preparación y elaboración de compost. Fue una minga compostera, ya en la segunda versión”, comentó Felipe.
Compost como respuesta a las necesidades locales
Durante la actividad, un grupo pequeño pero comprometido de agricultores se reunió con un objetivo común: fortalecer la agricultura local a través del compostaje. Al no disponer de fertilizantes naturales en la isla, los mismos agricultores han optado por producir su propio compost, asegurando así la sostenibilidad de sus cultivos.
“Nos reunimos con un grupo pequeño de agricultores que ayuda a fortalecer también la sociedad. También nos ayuda a elaborar el compost por un tema de que en la isla no encontramos fertilizantes naturales. Así que ellos mismos igual deciden elaborarlo para ocuparlo posteriormente en la huerta”, explicó Felipe.
Comunidad, ahorro y cosechas de calidad
Las motivaciones para participar en esta actividad van más allá de lo agrícola. Según Felipe, hay dos factores fundamentales que impulsan a la comunidad: la unión social y la economía.
“¿Qué le motiva a la gente a hacer esto? Por dos cosas. Uno, la unión de la comunidad. Y lo otro es abaratar costos en el sentido de que no se utilizan fertilizantes sintéticos, sino más bien se utilizan fertilizantes naturales para mejorar la estructura del suelo, la calidad del suelo y con eso también las cosechas y los productos que venden en las ferias los agricultores.”
De esta forma, se fomenta una agricultura más limpia, autosustentable y adaptada a las condiciones locales, fortaleciendo a su vez la economía familiar de los productores.
Experiencias desde el campo
Héctor Morales, uno de los participantes, compartió su experiencia en la actividad. Ha trabajado en ambas versiones de la minga compostera y destaca los resultados positivos obtenidos.
“En la actividad del compost hemos hecho dos versiones con Don Felipe y ha dado muy buenos resultados ya que obtenemos un producto de primera calidad”, afirmó.
Cuando se le preguntó en qué le ayuda esta actividad, su respuesta fue clara:
“El producto que se obtiene acá es un fertilizante natural que ayuda a crecer las plantas y eso es lo que hacemos nosotros. Trabajamos con plantas.”
Nuevas alianzas para el desarrollo local
También participaron representantes del programa Servicio País, entre ellas Natalia Riquelme, quien valoró la jornada como una oportunidad para comenzar a integrarse a la comunidad agrícola con la que trabajarán durante el año.
“Súper buena. Nosotras fuimos invitadas hoy de Servicio País de este año. Parte de nuestro objetivo al venir aquí hoy fue vincularnos con el grupo de agricultores con el que vamos a estar trabajando durante el año, así que fue una súper buena instancia.”
Para Natalia, este tipo de actividades no solo permiten el aprendizaje técnico, sino también una inmersión en la realidad de la comunidad rural, lo que resulta esencial para una colaboración efectiva:
“Como dije anteriormente, vincularnos con el grupo de agricultores con el que vamos a estar trabajando, seguir presentándonos con la comunidad e ir integrándonos de a poco para conocer sobre su realidad y las necesidades del grupo.”
Compostaje: una práctica con futuro
La segunda minga compostera dejó en evidencia que el compostaje no solo mejora la fertilidad del suelo, sino también fortalece los lazos entre quienes cultivan la tierra. Con iniciativas como esta, se construyen caminos hacia una agricultura más resiliente, local y consciente del entorno. La comunidad, a través de la colaboración y el conocimiento compartido, sigue demostrando que el desarrollo sustentable es posible desde la raíz